Una buena casa, es una casa bien orientada, si es posible al sur y al sol, con dos fachadas enfrentadas para que circule el aire. Una casa que separa áreas de vida diurna de la nocturna, una casa que permite pequeñas mejoras y transformaciones sin afectar al aspecto general del edificio y sin grandes obras, una casa sobria y robusta, sin mantenimiento; una casa con generosas ventanas, con buenas protecciones solares y unos accesos luminosos y sonrientes, no mucho más.
Este proyecto evita la manzana cerrada y opta por una disposición de las edificaciones en forma de “L” unidos por un elemento acristalado. Todas las viviendas son compactas, soleadas y están bien ventiladas, se asoman a un gran jardín colectivo, a través del cual se produce el acceso a todas las viviendas.