Los volúmenes se disponen alrededor de un enorme jardín central, empleando una solución arquitectónica a medio camino entre la manzana cerrada y el bloque abierto, tomando lo mejor de cada uno de estos dos modelos. El conjunto consta de cuatro bloques que se sitúan en el perímetro de la parcela y se orientan de forma diferenciada para dotar a la totalidad de las viviendas de un soleamiento óptimo. Todas ellas disfrutan vistas despejadas, siempre con un jardín enfrente y con la edificación más próxima a una distancia de más de sesenta metros.
Estos cuatro bloques no ocupan las esquinas de la parcela y evitan solaparse entre sí. Así, las vistas desde el gran jardín interior se prolongan hacia el exterior del conjunto en todas direcciones. La construcción destinada a usos terciarios queda fuera del ámbito de las viviendas, ocupando un área totalmente independiente de éstas y con accesos también completamente independiente. Pero lo más importante y extraordinario del proyecto es consecuente a la favorable proporción entre la superficie edificable y la superficie de parcela, que permite liberar una hectárea, 10.000 m2 de terreno para usos comunes en planta baja. Esta circunstancia única en Valdebebas permite dotar al conjunto de un jardín interior de cualidades extraordinarias.