El conjunto se instala en el paisaje como un artefacto ajeno a él. Se trata de un construcción enteramente metálica envuelta en chapa de acero galvanizada y aluminio, organizada en volúmenes nítidos de figura neutra. Solo la cubierta del hangar escapa a la anatomía formal del conjunto con una sección parcialmente curva que hace de pantalla captadora de luz norte.
La organización general obedece a una lógica elemental de funcionamiento. La pieza principal es el hangar, una nave de 50×86 m, libre de apoyos intermedios, rodeada en tres de sus lados por almacenes, talleres y laboratorios, y enteramente abierta en su fachada sur a la plataforma de rodadura para el despegue y aterrizaje de helicópteros. Cerca del acceso principal están las oficinas generales, y en el extremo opuesto se sitúa un pabellón que aloja distintos servicios e instalaciones técnicas complementarias. Delante de todos ellos, hacia el sur, se extiende la plataforma y maniobra de las aeronaves y el punto de toma de combustible.