Dos en uno. Vega y Altozano
La plaza del Puerto de Canfranc se sitúa en un lugar en el que se encuentran dos fragmentos urbanos con tejidos bien distintos; el casco denso del Puente de Vallecas, al Sur y al Sureste de la plaza, y los desarrollos más recientes del barrio de Numancia, al Oeste y el Norte. El primer tejido es muy compacto y deficitario en espacios públicos abiertos, y el segundo es más verde y esponjado.
Sin perder unidad, la nueva plaza, es una rótula entre los dos y por ello responde a ambas circunstancias generando dos recintos diferenciados, uno en la parte más baja, la vega, más fresco y fuertemente arbolado con 25 melias y el otro, en la parte alta o altozano, abierto, flexible, construido y preparado para cualquier uso ciudadano, donde una pantalla vegetal hace la plaza fácilmente reconocible. Ambas cambian con el tiempo, la floración y el desborre, contrastando con la dureza de las fábricas urbanas.
El importante desnivel existente en la plaza, de casi tres metros, se resuelve manteniendo toda ella accesible. Para ello, la plaza se segrega en dos plazuelas diferenciadas. Un pequeño muro de contención diagonal ordena este pliegue, hace más íntima y recoleta la plaza inferior, y acota con un pretil profundo la superficie más abierta y flexible del espacio elevado.
En la parte más soleada de la plaza se sitúa la pantalla vegetal sobre la que crecerán glicinias y parras vírgenes. Es un elemento poderoso y ligero al tiempo, que aporta una identidad clara a la plaza y tendrá coloraciones y tonos cambiantes. Además de la vegetación y de la batería de veinte nidos que favorece el asentamiento de aves, esta pantalla equipada contiene la iluminación de la plaza.