La propuesta presenta una arquitectura al servicio de los ciudadanos que usarán el edificio, de quienes trabajarán en él, y de quienes tendrán la responsabilidad de cuidarlo y mantenerlo. Su estructura geométrica y formal rigurosa, permite una organización espacial extraordinariamente compacta, flexible, sencilla y fácil de usar. Además, ciertas matizaciones en la volumetría del edificio, que señalan el acceso o lo transforman en una máquina térmica super-eficaz, y en la materialización concreta del edificio y sus acabados le harán vibrar con la luz y le aportarán el carácter robusto e institucional que es imprescindible en un edificio público.
Será una construcción cálida y luminosa en inverno, y sombreada y fresca en verano minimizando el consumo de energía. La nueva Sede de la Cruz Roja de Alcorcón será una construcción amable, luminosa y optimista que trasmitirá con seguridad los valores de la solidaridad y la ciudadanía colaborativa y voluntaria de la Cruz Roja.
El proyecto se ha diseñado con la máxima exigencia bioclimática. Se han empleado técnicas pasivas que permiten minimizar las instalaciones de climatización y sus costes. Esto se consigue planteando un edificio con masa térmica expuesta que por un lado se calienta y enfría superficialmente de modo pasivo, y por otro lado se refuerza con un sistema de circuitos radiantes embebidos en las losas estructurales conectadas a un pozo de geotermia. Además, han primado la orientación, la protección frente al sol y los sistemas de ventilación natural.