La Place d’Armes debe ser, ante todo, un gran espacio cívico, verde y urbano, todo al mismo tiempo. Su belleza se mantiene dentro de su fantástica escala, que debe conservarse indispensablemente, y de los vínculos que se establecen con los paisajes del Jura que se pueden ver desde la Plaza.
Un procedimiento geométrico muy sencillo convierte el Terrain de Jeu en una superficie ligeramente cóncava. Así, construye perspectivas paradójicas sin disminuir su monumentalidad; crea lugares con diferentes usos sin perder la unidad, incorpora de forma natural los paisajes rocosos característicos del Jura en sus bordes, mientras que acomoda la arquitectura esencial en la Plaza; así como los paisajes de pradera en su interior.
El resto, la Plataforme Urbanie, con árboles distintivos plantados en ella, es una superficie pavimentada donde el plano del suelo del centro histórico de Yverdone se extiende naturalmente sobre la Plaza. Se trata de un espacio activado que crea un fuerte contraste con el Terrain, y así ambos se retroalimentan, reforzando sus valores visuales y cívicos.