La Sede de la Fundación Arquitectura Contemporánea concentra sus medios expresivos fundamentalmente en dos elementos conocidos:
– El cerramiento calado que aporta vibración, textura y una condición material intensa al edificio.
– La ventana para mirar y ser visto.
En lo demás, el proyecto trata de acomodarse con rigor a las condiciones geométricas de las medianeras, al plano de la fachada en la alineación a la calle y a las diferencias de alturas de los edificios colindantes. La estrategia planteada en sección que abunda en el apilamiento vertical de un programa heterogéneo que fragmenta y segrega muy bien las distintas plantas, recuerda la estratigrafía del modo en el que crecen, en vertical, las ciudades.
Estas premisas de concentración formal y sensatez estratigráfica producen un edificio compacto, y por lo tanto económicamente viable no solo en cuanto a su construcción sino también a su mantenimiento. Es un edificio profundo como corresponde a un criterio de economía y austeridad y también como corresponde con una ciudad extraordinariamente luminosa como es Córdoba. Es un edificio sostenible por su coeficiente de forma, por sus mecanismos de aprovechamiento solar y geotérmico. Aprovecha la situación de los restos arqueológicos construyendo sobre ellas un espacio memorable iluminado naturalmente.