El proyecto toma como referencia urbana y morfológica el modelo de tejido urbano construido en el corazón de Moscú. Toma de este modelo su carácter cerrado y urbano hacia el exterior de las manzanas, donde está en contacto con las aceras y calles, así como su carácter pintoresco y variado, más libre y relacionado con el paisaje, hacia el interior de la manzana.
Por ello, hacia el interior se dibujan pequeños ángulos y quiebros que aportan riqueza sensorial y visual al proyecto, así como una escala más doméstica que crea fácilmente un ambiente «familiar». Estos trucos de perspectiva, vistas oblicuas o trampantojos, también crean un espacio más pintoresco con una capacidad incesante de asombro.
El paseo peatonal que une el Parque de la Victoria con el terraplén de Sofiyskaya y la orilla del río, a través del recinto del proyecto, se encuentra en el lado este del mismo, y es donde se encuentran las actividades comerciales del programa. Así, la actividad más urbana del emplazamiento participa y activa el flujo peatonal y la instalación residencial se sitúa en un único recinto, optimizando los espacios abiertos ampliados y con un acceso único que garantiza una comunidad más segura y exclusiva.